Piedra sobre piedra: la ciudad soñada

Por fin pude conocer la ciudad de Cusco (Cuzco); a unas 4 horas y media de la capital histótica de América, se encuentra la maravillosa ciudadela inka (inca) construida artísticamente, piedra sobre piedra, en medio de una agreste vegetación, rodeada de precipicios que hacen pensar que aquel paraje pudo haber sido un oráculo, un centro exclusivo de capacitación para la nobleza incaica, un refugio, o hasta quien sabe, la dimensión menos imaginada para perpetuar en sus abundantes nichos a la realeza de aquella época. Aun no salgo de mi admiración, dicen que no debemos dejar jamás de sorprendernos, la vida nos da cada día momentos nuevos, pero a la vez hay algunos cuya influencia nos marcan de manera inevitable logrando sumergirnos en un mundo de ensoñación de la cual es difícil despertar como cuando se pisa el Valle Sagrado, y mucho más aun cuando se llega al Machupicchu: ¡maravilla!!, se siente la energía de una cultura milenaria que nos deja pasmados y confundidos por la evidente superioridad de aquellos hombres y mujeres que dejaron aquellos vestigios cuya perfección no ha podido ser nisiquiera comparable con las muestras arquitectónicas modernas con toda la tecnología a su servicio y con todas las facilidades que aquellos tiempos de los incas nisiquiera se imaginaban podian existir.